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Cachorros de San Luis - Criadero
  • Las mascotas en la práctica sicológica

    20 de Noviembre 2008 Las carencias afectivas que se dan por desvinculación familiar, desaparición de seres queridos y/o amigos, se convierten en un gran vacío que termina generando ansiedad, frustración y sensación de inutilidad. Este sentimiento de soledad hace que algunas personas intenten la búsqueda de un vínculo afectivo con los animales, encontrando en ellos los compañeros mís preciados que los hacen sentir valorados, respetados y queridos. Esta necesidad manifestada por el hombre ha servido de base para el empleo de los animales con fines terapéuticos. El empleo de mascotas en tratamientos cobró empuje a partir de los años 60, cuando el psicólogo neoyorquino Boris Levinson describí los beneficios psicológicos de los animales de compaña en las terapias con niños, para facilitar la relación con el médico y mejorar la comunicación familiar, al introducirlos en el hogar. En las últimas dos décadas, la terapia asistida por animales ha sido empleada eficazmente en pacientes coronarios, psiquitricos, hospitalizados, júvenes perturbados emocionalmente, internos penitenciarios y personas de avanzada edad. Es así como se han obtenido a través de ellos resultados positivos en personas que requerían de afecto y aceptación incondicional, en la satisfacción de necesidades vitales emocionales, y en la disminución del sentimiento de soledad y del rechazo hacia la sociedad. Para los niños las mascotas prestan una enorme contribución en el desarrollo de la autoestima, de su personalidad y seguridad en sí mismos. El empleo de perros, gatos y otros animales en los tratamientos de niños con trastorno deficitario de la atención, de hiperactividad y de conducta, de autistas y otros con problemas de comunicación, ha reportado una disminución significativa del aislamiento, y un aumento de la respuesta social. En los Estados Unidos existen más de 2.000 programas que utilizan animales con fines terapéuticos. En el Reino Unido existen más de 5.000 perros que visitan periódicamente los hospitales donde se atienden enfermos mentales o terminales, ayudúndoles a mejorar su calidad de vida. Las mascotas y los discapacitados físicos. Para las personas impedidas, como los invidentes, un perro entrenado representa sus ojos y su seguridad. Fuente: artículo de los Psicólogos Vladimir y María Mercedes Gessen Diario El Nacional de Venezuela 22/09/99